APUNTES PARA UN PRONTUARIO DE LA LITERATURA BASADOS EN LA ENIGMÁTICA ESTAMPA DEL ESCRITOR ALIAS RICARDO CUADROS

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Reinaldo Cortés

  1. He leído Constelación del Monte de Ricardo Cuadros (nacido en Chile en 1955).
  2. Palabras de Roberto Bolaño: “¿Entonces qué es una escritura de calidad? Pues lo que siempre ha sido: saber meter la cabeza en lo oscuro, saber saltar al vacío, saber básicamente que la literatura es un oficio peligroso. Correr por el borde del precipicio...”
  3. Lo anterior define el tipo de literatura que insemina a Constelación del Monte.
  4. Señalé antes que Cuadros nació en Chile, pero en Chile pocos han escrito o escriben como él. Buscándole cómplices de ruta, acaso la lista sea poco numerosa, aunque en su brevedad baste para mencionar una literatura, la de ellos, no la chilena (y estamos hablando de narrativa, pues de poetas hablaremos en otra ocasión): Manuel Rojas (nacido en Argentina, arriesgado en el Chile en que le tocó escribir, es decir, arriesgado como solo puede serlo un narrador chileno nacido en Argentina), María Luisa Bombal (que nunca debió haber nacido en Chile, pecado que se encargaron de dejarle muy en claro), Carlos Droguett (que muere exiliado y hablando, aunque en Chile aún no se le oye del todo, cuando se le oye un tantito como que no se lo escucha, en fin, “no se escucha, Carlos, habla más fuerte, Droguett”, y eso que Droguett es una de las voces más potentes de la literatura Hispanoamericana, pero este país se llama Chile y no Hispanoamérica), Juan Emar (que NO es chileno y que por ser chileno nacido en Chile padeció el silencio de los críticos impresionistas chilensis – lectores analfabetos por excelencia en aquel entonces –, que padeció el silencio, que padeció el silencio, que padeció el silencio, y repítase para que se escuche bien), Roberto Bolaño (escritor mexicano, escritor español, escritor sin nacionalidad que entre otras cosas escribió de Chile o más bien de chilenos, escritor de literatura, escritor serio, que es parecido a decir en serio, en fin, un escritor en todo caso que podemos estar seguros de que supo que la droga de la literatura es más potente mezclada con el riesgo). ¡Aló!, ¡aló!, ¿hay alguien más por ahí para meter en esta lista de cómplices de Ricardo Cuadros? Es probable que haya alguno más, aunque sea solo un par. Tiene que haber más, si es que Dios existe y además si es que no existe. Pero me quedo con los nombrados que están acompañando bien a Cuadros o a su Constelación del Monte. Dios dice que Dios le dijo que “no hay que meter a Dios en esto”.
  5. Chile limita al norte con el Perú y con el Cabo de Hornos limita al sur cantó Violeta: Ricardo vive en Holanda y cuando escribo estas líneas sigue viviendo en Holanda. Por lo visto en Holanda vive actualmente uno de los escritores nacidos en Chile más interesantes para la literatura nacional, y con esto no digo mucho en realidad o tal vez no le haga un gran favor a Cuadros que podría no sentirse gratificado con tamaña hoja prontuarial. Ricardo Cuadros alias el Escritor Nacido en Chile. Y escribe como escribe, ¡uf!, no me cabe duda de que ese cabrón tiene que ser subversivo.
  6. Tiene que serlo si se le ocurre andar escribiendo de ese modo. Si se le ocurre andar jugando al riesgo, a la adrenalina, a vender pocos libros, a tener lectores que le serán fieles pero pocos. Es un tipo peligroso, sin duda es un Escritor.
  7. Tipos como Cuadros, es decir tipos que han leído no sé si harto pero que han leído bien, acostumbran –como si saber leer fuera poco– a escribir bien, cosa bastante molesta para la cotidianidad de la ciudadanía, para la seguridad ciudadana, pues escribir así es andar incendiando ciudades, provocando sismos, es andar disparando una bala trazadora en mitad de la noche, es andar revolviendo el gallinero aunque pocos se den cuenta. Yo me he dado cuenta y afirmo que es un tipo peligroso: escribe y lo hace bien, sabiendo provocar, o sea: es un provocador, o sea es peligroso, o sea no hay que leerlo, por eso entonces, y con mayor razón, leamos lo que este hombre peligroso, este Escritor, ha titulado Constelación del Monte.
  8. Constelación del Monte es un ante todo un libro que es una novela que es un conjunto de relatos que es el no género que es la superación del género que es, en consecuencia, el uso de la libertad. Me refiero al tipo de libertad que se halla, por ejemplo, en Lo demás es silencio de Monterroso o en Amberes de Bolaño.
  9. Es decir: tenemos en Constelación del Monte un conjunto de textos que son una novela y también la posibilidad de una novela, y tenemos unos relatos que valen por sí solos y que son asimismo capítulos de la novela o posibilidades de capítulos de novela.
  10. En la mejor literatura, es fácil comprenderlo, una de las razones que la hacen mejor es lo que tiene de posibilidad o, más bien, de posibilidades. De camino abierto; de campo abierto; de cerebro abierto; de abertura abierta. Si la literatura es una herida que se agradece, como agradecían los grandes guerreros sus heridas cuando eran en combate, si la literatura, repito, es una herida y es, añado ahora, no tan sólo una herida sino una en combate, digamos una herida que se muestra con orgullo, diremos entonces que es una herida que ya no sangra y ya no duele y ya no gangrena porque, paradójicamente, está abierta: así es la literatura, pero la Literatura, o sea, esa subversión, esa bala trazadora que penetra en medio de la oscuridad en otra trazadora y en otra y en otra y así hasta mucho después, no hasta el infinito porque el infinito no existe porque precisamente es infinito.
  11. Yo invito a leer a Ricardo Cuadros, yo sostengo que es necesario, como el pan es necesario, como un trabajo, como el vino, en fin, es necesario leer Constelación del Monte. Sobre todo como el vino, porque usted que me lee sabe lo necesario que es el vino y el porqué. Además el vino que uno bebe al leer Constelación... es una leche, no como leche, es leche. Leche de vaca, pero de una vaca monterrosa, de una vaca como es vaca la escritura que hace mugir al modo de un rugido gente como Bolaño, como Wilcock, como William Gaddis, como Cheever (cuyo fantasma recorre muy vivo algunos párrafos de Max del Monte –personaje más nombrado del libro, NO protagonista, sólo el más nombrado– que tal vez no son de Del Monte, que tal vez son de Cuadros, pero no, porque sí y ahora creo que quizás...), en fin, hablaba de una vaca tipo Vonnegut, tipo Mishima, tipo Etcétera, en suma una vaca que muge rugidos y muge entrelíneas y muge concreciones y posibles y que es una bestia soñada y vista por Ricardo Cuadros.
  12. ¿Dije que Ricardo Cuadros es un escritor? Sí.
  13. ¿Dije que Constelación del Monte es un gran libro, un libro grande, no un libro más? Si no lo dije, ahora lo digo.
  14. Max del Monte escribe unos relatos que luego resulta que uno no más según su ex pertenece a Max y luego el hijo que no, que tampoco y que luego hay que leerlo a él, el hijo, y luego que estamos al principio y como al principio, es decir con un pescado, no con un pez, que después de horas sigue moviéndose y es resbaloso y se nos va de las manos y entra de nuevo en el agua y volvemos a pescarlo (porque el pez se deja ser pescado), para después lo mismo y digo que algo así es leer este libro y ciertamente es así, porque no está sustentado en las anécdotas, en la “trama”, en fin, como tanto gustan los escritores que gustan a los editores que gustan ser vendedores.
  15. Y llegamos al quince: si he de atenerme al punto 14, puedo afirmar que uno puede estar una y otra vez volviendo a Constelación del Monte: así son los libros en que se cumple lo señalado por Bolaño en el punto 2. Escribir bien es sobre todo leer bien, esto ya se ha dicho. Ahora, en medio de estos días, unas preguntas contingentes: ¿existe Dios, Dios ha muerto, Dios mío qué es Dios? (no nos compliquemos y remitámonos, mejor, al final del punto 4).

Kato Ramone.

En Chile del 2006.