EL IDIOMA ES UN JUEGO INTERMINABLE DE MÁSCARAS

Ton Verbeeten. De Gelderlander, 15 de junio 1984.

“El idioma es una máscara, una metáfora de sí mismo y de la realidad”, dice Ricardo Cuadros cuando le hago la observación de que la palabra “máscara” aparece de manera recurrente en sus poemas: “La poesía es un juego interminable con el idioma, con las máscaras. En principio no hay ninguna verdad, sólo verdades que se sostienen en acuerdos. La verdad y la realidad se manifiestan en metáforas. Esto sucede en todos los ámbitos: la historia, las relaciones y en este caso la poesía”.

Esta semana Ricardo Cuadros publica en Arnhem su poemario Navegar el silencio – De Stilte Bevaren en edición bilingüe castellano – holandés. Margoth Engelmann tradujo los poemas del castellano al holandés, o como dice Ricardo: “Puse en papel palabras en castellano, hice los primeros poemas y otra persona hizo de cada uno de ellos otro distinto, en holandés. Con amor, porque para traducir poesía es necesario amar lo que se hace”.

Esta es la primera vez que el trabajo de este poeta, escritor y fotógrafo de origen chileno (1955) se publica en Holanda.

La corriente continua de la poesía.

Cuadros evita hablar de “originalidad” y lo explica de la siguiente manera: “me causa una sensación extraña, como si habláramos de un ‘creador’. Simplemente no creo que los poemas del señor Ricardo Cuadros puedan ser entendidos como originales: es cierto que tienen la fijeza de un momento detenido en la escritura, pero son parte de una interminable corriente de poemas, tanto los que he leído como los que he escrito”.

En el epílogo del libro Cuadros reafirma esta opinión citando al escritor mexicano Octavio Paz: “Cada texto es único y, simultáneamente, es la traducción de otro texto. Ningún texto es enteramente original porque el lenguaje mismo, en su esencia, es ya una traducción: primero, del mundo no verbal y, depués, porque cada signo y cada frase es la traducción de otro signo y otra frase”.

Silencio.

El poema  como un momento detenido. En el caso de la poesía de Ricardo Cuadros esta idea se debe entender de manera literal: “Cuando escribo me siento cerca del silencio, como en la cultura budista o el zen. Mi propósito es decir más con menos palabras. Para mí el silencio es una suerte de principio universal. Lo que escribo cobra significado a través del silencio y siento que los poemas flotan encima del silencio como si éste fuera agua. No consigo (todavía) romper esa superficie. Sigo en la superficie”.

Si bien Ricardo Cuadros habla de su poesía de manera racional, como un intelectual - lo mismo cuando se refiere a las múltiples formas que ofrece la cultura latinoamericana y a la influencia de ésta en su escritura -, la realidad de sus poemas sigue siendo misteriosa.

Los poemas de Navegar el silencio están construidos sobre opuestos como la tranquilidad y la vehemencia, el sueño y la realidad, con una mirada que tiende al análisis. Por lo mismo, deben ser leídos. Una conversación no puede ser sino una forma de acercarse a ellos.

Ton Verbeeten.